viernes, 1 de junio de 2007

Duelo a pulso

SE LLAMABA MARÍA ANDREÍNA GÓMEZ GUEVARA, tenía 24 años, era tesista de sociología en la UCAB, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de esta misma universidad, y estaba próxima a graduarse. La versión oficial es que por 10 millones de bolívares, un par de sicarios la mataron ayer por la mañana cuando iba para la universidad.

Las declaraciones de sus padres son más que ilustrativas de cuan dramática es esta situación de guerra civil de baja intensidad: “quién responde por los cien mil muertos que llevamos, por los hogares desintegrados” (…) “La policía para eso es para lo que sirve, para reprimir estudiantes que protestan, pero para combatir el hampa no”

Es sospechosa la puntería del hampa, la eficiencia (¿o sería suerte?) de la policía al detener a los sicarios y absurda –por no decir rara- la especie del sicariato. No se niega como posibilidad, pero tampoco se puede dejar pasar por alto que si no fuera porque hay antecedentes de poca confiabilidad en las declaraciones oficiales y porque estamos donde estamos, pues la cosa sería más creíble. Es sospechosa esta muerte, porque parece un mensaje a García, como cuando la mafia manda a asesinar a alguien para decirle a una familia rival “cuidado con lo que hacen, los tenemos vigilados”. Y si ese fuera el caso, habría que presumir que los familiares de la víctima andaban en algo raro, pero las investigaciones no han llegado a este punto y además todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario: la justicia tiene que presumir la buena fe aunque la policía no tanto.

¿Error de puntería? Las protestas estudiantiles van a seguir, la opinión pública si no las avala y aplaude tampoco las critica -según Hinterlaces que está haciendo traking diarios el apoyo es superior al 75%- y definitivamente, la estrategia de protestar pacíficamente está dando resultados. Las declaraciones de Desiree Santos Amaral, enfatizando que “ellos (se supone que la oposición) andan buscando un muerto” dan otra vuelta de tuerca sobre el tema. Y la pregunta es ¿a quien le conviene un muerto en estos momentos, licenciada Santos? ¿Al Comando Nacional por la Resistencia o al gobierno? Porque a los estudiantes no, al país que protesta por libertad de expresión (a la cual se le van a ir sumando los demás reclamos por los derechos civiles), a éste no le sirve un muerto, aunque los violentos quieran sacarlo de entre sus filas.

Los mandones saben de estudiantes muertos en manifestaciones. A Yulimar Reyes la mataron el 27 de febrero de 1989, frente al Ateneo de Caracas, cuando salía de su trabajo en la Sala de Arte y Ensayo Margot Benacerraf; a Belinda Alvarez, estudiante de trabajo social (una plaquita en la entrada de la universidad todavía la recuerda) en el cruce de Puerta Tamanaco (y siembre se dijo que fue por una bala perdida de los encapuchados). Ellos pusieron, entonces, los muertos y buena parte de sus combatientes estuvieron siempre en tratos con la policía, ¿que de raro tenía entonces, que junto con los saqueos periódicos a camiones que luego incendiaban, los martes y los jueves, sacrificaran alguno que otro estudiante ante el altar de la revolución, para mantener caliente la calle?

Pese a lo que digan en declaraciones públicas, que yo entiendo están sazonadas con estrategia y conveniencia, este movimiento estudiantil no sólo sí es político, es profundamente político, más político que el gobierno que los mandones no han logrado hacer, porque hay política donde haya dos que dialoguen y tengan opiniones divergentes y se pongan de acuerdo, pues con dos nace una comunidad. Lo que no es, este movimiento, es partidista, y eso es lo que no les conviene ni a tirios ni a troyanos. Protestan pacíficamente porque no va a darle excusa a los mandones para consolidar la represión que le sería útil a sus fines: el control totalitario a partir de la excusa de poner orden. Y tampoco van a darles excusas a los otros, para tomar el atajo de la “dictablanda” (remenber Pinochet). Y esas supuestas “pruebas” (diríase pruebas de sonido, porque el audio es pésimo) que la Vicepresidenta de la Asamblea Nacional presentó ayer, de que la protesta estudiantil forma parte de un plan conspirativo, no son suficientes para justificar la represión. ¿A quién le esta hablando? ¿A los usufructuarios de los petrodólares en el extranjero? ¿A los chavistas que han resentido el endurecimiento de la línea y que no se han inscrito en el PSUV, y que ahora menos se inscribirán, pues para colmo de males, ya no tienen ni la Radio Rochela ni las novelas? ¿O estaba generando argumentos que esgrimir de cara a la marcha del sábado, ante los beneficiarios de las misiones, traídos en autobuses desde todo el país?

Duele mucho la muerte de Andreína, porque nos toca tragarnos la rabia y llevar a pulso nuestro dolor para seguir adelante, ocupando territorio y haciéndole a los mandones cuesta arriba la partida que juraban ya ganada. Ojalá que este duelo contenido sirva para sumar nuevas voluntades a este movimiento que, al reivindicar la protesta y la defensa de la libertad de expresión, muestra algo de eso bueno que somos, que seguimos siendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El dolor más grande de este asesinato es saber que el valor de una vida de una persona cada vez cuesta menos. Me contaba un compañero, que se encontraba en un pequeño pueblo fronterizo del Táchira (ahora no recuerdo el nombre), que se topó con un hombre que pedía 50 mil bolívares por “borrar el problema a cualquiera”. Me cuesta creer que cada vez es más fácil “borrar” a alguien para solventar todo sin una pizca de preocupación o arrepentimiento. Cada vez se pierde más el diálogo, cada vez nos comunicamos menos. ¡Cuánto odio!