VENEZUELA QUIERE PAZ. Pero no la paz de los sepulcros ni la de los temerosos, que no hablan ni obran por temor a la represalia, por miedo a formar parte de las estadísticas de una violencia multiforme, que supera con creces a los logros de gestión de este gobierno.
Venezuela quiere paz, pero no la paz derrotada de quienes tengan que aceptar los dictados de una minoría que gobierna para ellos mismos y conculca de ese modo la voluntad general. Que emplea el hambre y la miseria como arma arrojadiza y nos confina a nuestras casas, en silencio, aislados de nuestras propias familias, nuestros amigos, nuestros vecinos.
Venezuela quiere paz, pero no la paz de quien no tiene derecho a disentir de la voz mandante, la paz del execrado por sus ideas políticas, sino la paz de quien merece respeto a su dignidad, a su decisión de ser diferente dentro de la igualdad de oportunidades ante la ley.
Venezuela quiere una paz construida entre todos, que nos permita comprendernos, aceptarnos y juntos construir una prosperidad para todos, que os permita superar el espejismo de la distribución de un ingreso que no alcanza para todos y en cuyo reparto se castiga a quien tenga vocación para producir. Quiere una paz que nos convoque a todos para, entre todos, remontar las consignas y llegar a las razones de esta violencia que ha cobrado en una década, las víctimas de una guerra no declarada.
Queremos paz entre nosotros, y eso pasa por separar claramente las cosas que una parcialidad política ha unido para su propio beneficio, esto es: a los delincuentes que bajo el amparo del gobierno, como “comisarios políticos,” operan el miedo como instrumento para controlar a la población.
Para construir la paz en Venezuela es que surgen las redes de paz, que tienen en la iniciativa de quieropaz.org un instrumento formidable: se trata de una página web que permite localizar en un mapa nacional, los delitos que se comenten todos los días, tanto los que son reseñados por los medios de comunicación social, como los denunciados por las propias comunidades. Este mapa, de acceso público, que diariamente va a ser alimentado por la gente, permitirá mostrar los patrones delictivos del hampa en Venezuela, ubicar las zonas más peligrosas, los desplazamientos, y constituirá un dispositivo de inteligencia colectiva que ha debido estar en manos del estado, de las fuerzas policiales, pero que frente a sus menguados esfuerzos, será constituido por las comunidades, para brindarse información necesaria para tomar acciones preventivas, pero también para enfocar acciones colectivas que hagan presión ante la institucionalidad, tanto nacional como internacional, para darle fin a esta “guerra civil de baja intensidad”.
¿Quimera? Júzguelo usted mism@: entre a la página web http:/quieropaz.org/ y mire las tendencias que con apenas un mes de registro, revisando prensa digital regional, se muestran con claridad. Piense cómo será cuando la gente, vía redes, llene con sus datos este mapa. Piense en los alcances que esta herramienta puede llegar a tener.
Del 21 al 25 de septiembre se realizará en Venezuela la semana internacional por la paz. En ese contexto, junto con numerosos esfuerzos que serán divulgados en múltiples espacios de la vida pública quieropaz.org tendrá su lanzamiento público. Será una estupenda ocasión para concretar esfuerzos compartidos a favor del sentido clamor nacional: ¡Queremos paz!
- Paz, sí, pero en libertad, con instituciones que no entiendan la paz social como el silencio frente a los desmanes del poder. La prisión del estudiante Julio Rivas, por las diligencias de una Fiscalía General de la República que no suele ser diligente frente a casos denunciados por la oposición, lo único que busca es instalarnos el miedo a la protesta, para cerrar a punta de negligencia, el círculo del control de la facción. Es perentorio que nos solidaricemos con este caso y con todos los otros de justa protesta que hay en el país: sólo cuando los grupos pequeños de nosotros tengan todo nuestro apoyo, podremos artícularnos y ser una mayoría en red, con lo cual producir el cambio que necesitamos, para fabricar la paz.
1 comentario:
Parece una página de sucesos, un archivo o banco de casos para armar guiones de ficción...que duro ver y tantear apenas lo que todos sabemos y vemos. Esto me recuerda 2666 de Bolaño. Página tras página esperas que se detengan las muertes, línea a línea se mueve la sangre y se multiplica.
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