jueves, 22 de noviembre de 2007

Vamos a Miraflores

EL ANUNCIO QUE Ricardo Sánchez, presidente de la FCU de la UCV formulara ayer en la Plaza Brión (pronto, Plaza de los Estudiantes), durante la concentración donde el Movimiento Estudiantil anunció su disposición a ir a votar NO en el referéndum del 2-D, debe ser leído en el contexto de lo que han sido las actuaciones del movimiento, antes que en el contexto de la crisis nacional, porque si bien los estudiantes se han convertido en actores políticos es en ese contexto, lo primero que hay que ver es si ese anuncio –el la marcha del lunes 26 hacia Miraflores- es coherente con lo que se ha venido haciendo y proponiendo.

1.- El movimiento estudiantil se manifiesta en contra de la reforma constitucional. Llega a esta conclusión luego de analizar el proyecto y de consultar opiniones, del mismo modo como lo hace un hijo joven con sus padres, en su casa: con diálogo constructivo y responsable (no olvidar que son “hijos de mamá y papá”). Invita al país a hacer lo propio, respetando los canales institucionales, pero reivindicando la libertad de expresión, el derecho a la protesta, el derecho de organización y el de libre tránsito, pero principalmente, su propia soberanía. Recordemos que el movimiento es percibido por buena parte de la opinión pública como un referente moral, de allí que sus actuaciones prefieran como método la no violencia activa, lo que los hace actuar de manera congruente con momentos trascendentes en la historia política de la modernidad, como el movimiento por los derechos civiles y políticos de los afroamericanos en Estados Unidos, o el movimiento independentista indio, por citar apenas dos ejemplos.

2.- El movimiento persigue el rescate de la institucionalidad democrática del país. Las sucesivas marchas a la Fiscalía, Tribunal Supremo de Justicia, Asamblea Nacional, CNE, (sólo les falta la sede del Poder Ejecutivo) entregando documentos, constituyen una declaración colectiva de su voluntad de desmontar la polarización. Conciben que es imposible que los venezolanos que disienten del proceso no puedan llegar a las instancias (diríase que conculcadas) del estado. Abogan por la reconstitución del espacio público, que ha sido privatizado –hegemonizado- por una parcialidad política. Pero también persiguen contribuir con la recuperación de la legitimidad para la disidencia política, perdida a raíz de los sucesos del 11 de abril de 2002. Una parte de este proceso le correspondió a Rafael Rosales en Diciembre 2006, cuando reconoció el triunfo del Presidente, pese a las posturas de la oposición radical. Otra parte importante la está haciendo el movimiento, pero aun falta que buena parte de los sectores políticos y de la sociedad civil del país se estructuren en algo más tangible y menos contingente que “salir de Chávez” pues ese no es el problema: las causas que hicieron posible la emergencia del chavismo aun existen, y no será sino con un proyecto político nacional alternativo como se les hará cesar. Y eso es una tarea que excede, en tiempo y en esfuerzo, la jornada de diciembre.

3.- El movimiento acciona para desmontar las dos polaridades: la del chavismo armado y la de la oposición radical, que al convocar a la abstención deja la puerta abierta al fraude. Quizás la hipótesis menos considerada, en torno al posible fraude, puede formularse en estos términos: si los chavistas tienen estudiada la abstención, nada les cuesta poner a votar con cédulas falsificadas a quienes saben que van a abstenerse, y eso es indetectable. (Hagan la prueba, busquen a sus profesores de estadística y estudien esa probabilidad de esta ocurrencia a través de la base de datos de http://www.esdata.info/.) De allí que quienes en nombre de no darle legitimidad al proceso llamen a la abstención, estarán haciéndole el favor, permitiendo se accionen los mecanismos de la “profecía autocumplida”. Ir a Miraflores, en este contexto, no persigue darle la razón a la “marcha sin retorno”, sino por el contrario, quitar de en medio la división de la ciudad en zonas. El gobierno denuncia una doble agenda con este evento, la búsqueda de “la chispa que incendie la pradera” sin dejar ver que el movimiento ya ha sostenido que su objetivo no es derrocar al presidente, sino la defensa de los derechos civiles y políticos, que estiman amenazados por el proyecto de reforma constitucional. No sé cual va a ser el contenido de la carta que van a entregar, aunque me atrevo a especular que solicitará que el Presidente retire la iniciativa e inste a la Asamblea Nacional a hacer lo propio. Y tiene que ser en Miraflores, porque ahí están sus oficinas. Y ahí es donde hay que preguntarse: ¿con qué argumentos el gobierno prohibiría una marcha pacífica hasta Miraflores? ¿El de que se trata de una zona de seguridad nacional? El TSJ está en una y se dejó llegar una comisión, desde una nutrida marcha. La Asamblea Nacional también está en otra y se procedió igual.

4.- Ni al gobierno ni a los estudiantes ni a la oposición les conviene que haya violencia en esa marcha. Los únicos beneficiados de la polarización radicalizada son el gobierno y cierta oposición que a fuerza de circular en la misma agenda política del gobierno, ha terminado pareciéndosele. Si hay violencia roja se sabrá que fueron mandados por el gobierno. Si hay violencia azul, se pensará que fue la derecha radical (que cada día creo más que es la que en verdad se entiende con el mandón). Pero si se llega a Miraflores y se entrega la carta, habrá ganancia para todos. Es hora de que en Miraflores comiencen a implementar el control de pérdidas.

5.- Sin embargo, esta marcha es completamente inviable en esta fecha, por un vicio de ilegitimidad en la decisión: no hubo consulta a lo interno del movimiento. A muchos sorprendió el anuncio de Sánchez, pero especialmente a los estudiantes. La jugada es inteligente y creo que las líneas que preceden, valoran la singularidad del gesto. Pero el mensaje del movimiento tiene que ser fuerte y claro, y eso pasa porque todo el mundo lo conozca y se compenetre. Volver a Miraflores tiene un extremado valor simbólico para el país, porque desde el 11 de abril de 2002, desde los nunca esclarecidos hechos de Puente Llaguno, este país está dividido, polarizado y a muy poco de una guerra civil. Y no es lo mismo que volvamos todos, a entregar una carta al Presidente, a solicitar que retire el proyecto de reforma constitucional, que a exigirle su renuncia., pero para eso es bueno que se sepa a qué se va, para que el país los acompañe, nos acompañe.

El lunes no, muchachos. ¿Qué tal el miercoles?


A veces, para llegar a un lugar es necesario un mapa, bien sea topográfico, conceptual, estratégico, etc. Este, es un detalle del mapa correspondiente a la zona, de las páginas blancas de Caveguías. Disponible en http://www.caveguias.com.ve

PD: Ya había publicado esto cuando llegó el anuncio del mismo Ricardo Sánchez, de que se suspendía la marcha a Miraflores. Está bien, pero tampoco la idea es descartarla como opción.

PD de la PD: las declaraciones del Presidente, de que Miraflores es "territorio liberado" del "pueblo" y que allí no hay cabida para la oligarquía de los "hijos de mamá y papá" dan otra luz para leer este artículo. Ojo que "deseos no empreñan"


2 comentarios:

Nadia Goncalves dijo...

Tiene razón. La decisión de ir a Miraflores fue apresurada, y más cuando fue ideada por las cabezas, debe haber participación de las bases. Además, es relevante llevar el mensaje de que dicha marcha no es para revocar, matar o insultar al Presidente, sino para hacerlo recapacitar ante los atropellos y supresiones de los derechos humanos que plantea en su "nueva Carta Magna".

Unknown dijo...

mi comentario,. es solicitandote tus reflexiones sobre "lo posterior al 2D", se hacen diversas lecturas, ¿cuál es la tuya?., considero que Nos llenamos de Esperanza, y ella (la esperanza) siempre nos moviliza, energiza y nos dá perspectivas